
Ezequiel
La Gloria de Dios, Restauración
infoResumen del Libro
Mientras Jeremías lloraba en las ruinas de Jerusalén, Ezequiel ya estaba en el exilio en Babilonia. Y su libro es... extraño. Ezequiel no es solo un orador; es un artista de performance. Dios le ordena representar sus profecías de maneras extrañas, como acostarse sobre su costado durante más de un año o cocinar comida sobre estiércol, para servir como una señal viva para la gente.
El libro se abre con una visión psicodélica del trono de Dios sobre ruedas. Este es un punto teológico crucial: mostraba a los exiliados que Dios no estaba atrapado en el Templo destruido en Jerusalén. Él es móvil. Él ha ido al exilio con Su pueblo.
El clímax del libro es la famosa visión del Valle de los Huesos Secos. Ezequiel ve un valle lleno de esqueletos y se le dice que les predique. Mientras habla, los huesos se juntan, les crece carne y cobran vida. Esta poderosa imaginería prometía que, aunque Israel estaba muerto como nación, el Espíritu de Dios podía resucitarlos. El libro termina con una visión detallada de un Templo nuevo y perfecto, simbolizando la presencia permanente de Dios restaurada. Mientras tanto, en las cortes reales de Babilonia, otro joven demuestra una vida fiel en el libro de Daniel.
Datos Clave
lightbulbEzequiel
c. 593-571 a.C.
La Gloria de Dios, Restauración
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros.”
Ezequiel 36:26
Escrito durante el exilio babilónico.
Estructura y Bosquejo
arrow_forwardJuicio sobre Judá
Capítulos 1–24
arrow_forwardJuicio sobre las Naciones
Capítulos 25–32
arrow_forwardRestauración
Capítulos 33–48