2 Corintios

Esta es la carta más personal de Pablo. Después de 1 Corintios, algunos "superapóstoles" habían llegado a la ciudad, afirmando que Pablo era débil, mal orador y no tenía credenciales reales. Pablo abre su corazón, defendiendo su ministerio no enumerando sus éxitos, sino sus sufrimientos: naufragios, palizas y ansiedades.

Enseña una profunda paradoja cristiana: el poder de Dios se muestra mejor a través de la debilidad humana. Menciona su misterioso "aguijón en la carne", que suplicó a Dios que eliminara. La respuesta de Dios, "Bástate mi gracia", se ha convertido en un consuelo para millones. Luego, Pablo se dirige a Galacia para luchar una batalla teológica diferente sobre el legalismo en el libro de Gálatas.